Vivimos en un momento en el que la tecnología es accesible a gran parte de la población.
Desde un punto de vista financiero esto ha promovido la proliferación de plataformas que permiten a pequeños inversores y ahorradores acercarse a productos financieros a priori complejos. Un ejemplo es el broker online Finmarkfx, que nos facilita el acceso al mercado de divisas, el mercado de las criptomonedas o las opciones y futuros.
Además a internet hay que agradecerle el haber ampliado el espectro bursátil: donde antes solo se podía acceder a mercados nacionales –bolsas de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao- ahora a un golpe de ratón podemos comprar acciones que coticen en el Dax40 francés, el Nasdaq norteamericano o el Nikkei japonés.
Desde esta premisa, el inversor que antes apenas tenía la posibilidad de contratar depósitos a plazo fijo –sin riesgo ninguno y con rentabilidades casi irrisorias- ahora se encuentra ante un abanico casi infinito de posibilidades en el que tiene que tomar una serie de decisiones previas: qué porcentaje de sus ahorros poner en cada producto, qué máximo riesgo está dispuesto a asumir en cada una de ellas y, por último pero no menos importante, a qué plazo realizar las inversiones.
Está claro que no van a actuar de la misma manera, ni van a exigir la misma rentabilidad anual, un trader intradía –alguien que compra y vende en el mismo día, nunca quedándose activos de una jornada para otra- que un inversor por dividendos, que buscará valores, de ahí que la elección sea importante.
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Cómo invertir a largo plazo
Para invertir a largo plazo lo primero que hay que hacer es tener claro que se ha de hacer con unos ahorros que sepamos que no vamos a necesitar en un horizonte próximo.
Es decir: dado que vamos a apalancar cierta cantidad, hemos de asegurarnos de que no vamos a requerirla en un amplio periodo de tiempo. Serán inversiones que, aunque en un periodo “n” de años nos permitan acceder a rentabilidades importantes, puede que a lo largo del plazo de inversión sufran vaivenes en su cotización. Si justo en un momento de rentabilidad negativa tuviésemos que deshacer la posición, los daños serían garrafales.
En el mercado bursátil lo mejor para operar a largo plazo es buscar acciones refugio, de valores commodities, que además sepamos que dan buena rentabilidad por dividendo. Basta echar un vistazo a cualquier medio especializado para saber cuáles son las acciones que mejor rentabilidad dan cada año.
Por otro lado, en otros mercados como puede ser el de las divisas –más conocido por forex- habrá que tener muy claras cuáles son las expectativas de los expertos –analistas de entidades financieras y responsables de medios especializados- para saber en qué pares depositar la confianza. Nuestra recomendación, por tanto, es leer lo máximo posible con respecto a dos divisas antes de decidir operar a largo sobre ellas.
En el caso de las criptomonedas, exactamente igual: las opiniones de voces autorizadas, así como de las entidades bancarias o los bancos nacionales –aún poco receptivos a estos productos- son buenos indicios para saber si entrar en largo plazo o no.